Revisando en mis archivos de Kung fu
encontré esta carta de un Anónimo dirigida a los instructores de la academia de hace ya varios años. Tiene cosas muy interesantes, espero les guste!
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Un MAESTRO más allá de las apariencias.
Son tantas las cosas que a través de los años en
Citogim demuestran la MAESTRIA de este ser. Y es tan difícil a veces
convencer a las personas, de que realmente es, lo que es tan difícil creer que
es; y aunque no hay necesidad de hacerlo, siempre queda la frustración de que otros
no comprendan. Y que estuviéramos tratando de vender algo, o que
falsamente estuviéramos tratando de endiosar a un hombre en la mente de los
demás con fines manipulativos…pero no. Simplemente frustra ver a un
hombre tratando tan fuerte de hacer el bien, de dar algo positivo a su país y
al mundo y que por culpa de ignorantes se dificulte tanto su labor.
¿Pero saben que es lo mejor? Que por más que él
puede demostrar cosas a toda hora, no lo hace; antes al contrario hace lo más
difícil que es: hacerse pasar por pequeño siendo tan inmenso como el
mar. Cuantos que se hacen llamar maestros y no llegan ni a los
talones del Albo, tienen que vestirse en mantos extraños, tienen que tomarse
fotos graciosas mirando el cielo, tienen que publicar libros hablando en palabras
extrañas las mismas enseñanzas que se pueden dar de forma sencilla.
Nuestro maestro no es oculto, nuestro maestro no se
esconde; Jorge Betancur siempre está ahí…si lo buscas lo encuentras. ¿Y cómo lo
encuentras? Lo encuentras con una sonrisa, lo encuentras amable, lleno de vida,
atendiendo personas constantemente y nunca, pero nunca deja de trabajar por el
bien de todos nosotros en la academia; ni por lograr su sueño de un mundo
mejor. Como Jesús habla del bien al prójimo, de observar la naturaleza
y al igual que éste sana con sus manos: reduciendo tumores imposibles para la
medina occidental, haciendo caminar todo tipo de inválidos y en ocasiones un
simple toque, una sonrisa te sana el corazón. Un hombre que como los que se
hacen llamar “videntes, adivinos, lectores de tanta cosa”, simplemente te mira
y es capaz de decirte tu vida entera. Pero cuando lo hace lo hace por guiarte
no porque lo sigas, lo hace para que crezcas no para que le pagues. Como el
Buda, siempre te está hablando de la ley universal y no de cosas especificas;
siempre te hablara solo de lo que es crecimiento, de lo que es bueno y de lo
que es importante.
¿Pero cómo me atrevo a comparar a este hombre con Jesús o
con el Buda; si el siempre esta de camiseta, si él tiene familia y carro y
apartamento? Pues como digo es alguien que sabe disfrazar su
grandeza detrás de la máscara de la cotidianidad. Son tiempos diferentes, son
tiempos modernos…Pero digan si no les parece que para que alguien no se
estrese, y viva pleno, y haga tanto bien, y no tenga vicios no es demasiado
sabiendo que vivimos en una ciudad. No es lo mismo hacerse y ser
maestro viviendo en un lugar lejano y natural, que serlo viviendo aquí en
nuestro mundo urbano y moderno. El Buda andaba de pañal, y Jesús de sandalias y
el Albo ¿no se puede poner una camiseta pues?
Mas allá de las apariencias es este hombre, que en
tantas conversaciones privadas nos habla de filosofía profunda, nos habla de
leyes físicas y matemáticas, nos habla de la medicina, de la psicología y
biología en niveles muy profundos de cada campo de estudio. Pero que
a la hora de ser criticado como ignorante se queda callado, no trata de refutar
ni demostrar su genio. ¿Y por qué me solía preguntar? Pues porque no
sirve de nada tratar de convencer al que ya está convencido de lo suyo; es más,
ni siquiera trata de convencer por que él permite que cada persona tenga la
libertad de encontrar su propio camino. Que tanto es que un día dice algo y al
otro día dice otra cosa. ¿Cuántas veces no hemos oído a uno que otro ignorante
diciendo “El maestro siempre se contradice” o “El maestro dice que van a hacer
algo y luego no lo hace”.? ¡Pues claro! El maestro al igual que la vida misma
nos enreda, nos confunde para que tengamos que encontrar nuestra propia
respuesta (“Todo lo que se consigue sin esfuerzo, se pierde”
dice). Eso sí: en lo que nunca se le puede malinterpretar son las
leyes universales, los consejos para el crecimiento, una recomendación de
conducta, el mensaje de bondad, respeto, perdón, no violencia, fraternidad, y
amor que al igual que cualquier Dalai Lama es lo fundamental que predica.
Para estar a lo alto de una jerarquía espiritual como son
los niveles de la academia, hay que asemejarse lo más posible a Dios. Por esto
es que el maestro en términos de Lao Tze “No Hace Nada, está Quieto” a pesar de
que no parezca. El Albo al igual que el Infinito ya nos lo ha dado
todo, un programa, unas recomendaciones, una filosofía de vida; y sin pedir
nada a cambio deja, y espera a que encontremos el camino. También dice: “Cuando
surge en ti una pregunta, es porque el interior quiere dar la respuesta”.
Y que fuera solo palabrería e imitación lo que
habla el maestro; pero como el exige: “un instructor siempre debe ser capaz de
más que su alumno, sino es un hipócrita”, y así no lo
demuestra. Recuerdo una vez en el pasado que nuestros instructores
se fueron de la academia diciendo que el Kung fu no servía para nada, y a los
días uno de estos personajes gano un campeonato de Taekwondo con una semana de
entrenamiento. O recuerdo también que decían que el maestro no era
capaz de de abrirse de piernas porque él les mostró que no, y los hizo dudar y
se fueron. Pero al otro día, ese hombre de 40 años, se abrió de
piernas en un entrenamiento privado; y no solo eso, sino que lo hizo en el aire
sobre dos potros y con alguien colgado en sus espaldas (por solo mencionar
alguna cosa que algunos más fieles hemos podido apreciar de
él). Pero así son las pruebas del maestro, pruebas que hasta te
confrontan con él mismo o con tu más profundo apego. No teme hacerse ver como
un patán o un idiota solo para que tú te confrontes: ¿Es pues tu Kung fu lo que
buscas o a él a quien sigues? ¿Es pues tu Kung fu lo que buscas o una academia
moda a la que asistes?
Si realmente el buscara seguidores, nos diría que
lo saludáramos de rodillas más a menudo. Antes al contrario siempre nos dice
que por favor un saludo normal. Cuantas personas vienen y van, hablan de
respeto al maestro, de mística y en un momento de presión, de “prueba maestra”
flaquean y salen hablando mal de él a sus espaldas. El no quiere que
lo veamos como un dios, ni quiere que lo veamos en términos de maestro como
nivel humano inalcanzable. Él quiere que lo sigamos en eso que es lo universal
y positivo, pero que de resto seamos nosotros. Nos motiva a sacar nuestro
propio maestro interior, para que entre todos podamos darle algo positivo a
este mundo en el que vivimos. Sentirnos plenos, ayudar y enseñarles
a las personas cosas buenas, cuidar la naturaleza y nuestra salud y aprender
cada día más para maravillarnos de la creación.
Así que no más tonterías. Aprendamos de los errores
de todos lo que han pasado por la academia en el pasado de forma inconsciente e
inmadura. No se trata de que alabemos al maestro, sino de que nos demos cuenta
de todo lo que nos ha dado; y que la mejor forma de repagarle es multiplicando
eso y brindándoselo a los demás. No se trata de alabar al Maestro
sino de ayudarle en su misión a hacer un mejor mañana para todos. No se trata
de alabar al Maestro, sino de honrar toda esa grandeza que también se encuentra
aquí en nosotros; aquí dentro de cada uno. No se trata de vivir por la academia
y por el Kung fu perdiéndonos en el fútil intento; sino de dejar que la
academia vibre y el Kung fu viva en nosotros para apoyar de forma constructiva
todo lo que queramos ser y hacer en la vida.
Por favor olvídense de su orgullo, de su egoísmo,
de su vanidad, de sus juicios y háganlo por su bien. Ha llegado el momento de
cambiar un mundo negativo por uno positivo y si luchamos todos juntos en
Citogim podemos. Soñemos con la sedes del futuro, con los centros de
entrenamiento, de fisioterapia, medicina alternativa. Soñemos con el maestro y
con los miles de alumnos que podemos tener a nivel nacional e internacional;
con la posibilidad de ser una comunidad económicamente autosuficiente, que
produzca para el bien, en la que los que quieran pueden subsistir haciendo lo
que les gusta y apasiona de forma entregada y fraterna.
Seamos, más allá de las apariencias como el MAESTRO
tan grande que tenemos; solo así, los que queramos, podremos vivir en la
plenitud que tanto deseamos.
Como siempre gracias infinitas MAESTRO Jorge Betancur, y
gracias a todos por estar en la jugada.
Anónimo